Una visión sobre la vida...
Abril 8 de 2018 (Para leer en 5 min.)
Una visión sobre la vida…
Por J. A. Razo
De nosotros y sólo de nosotros depende la forma de ver la vida, tanto la vida en general como la propia. Ver la vida con optimismo es como si nos colocáramos unos anteojos para ver su lado positivo. Es ver la rosa en vez de la espina, es ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. Y lo curioso, interesante e importante es que esa “visión” la trasmitimos a las personas con las que convivimos.
Esta actitud, conducta o comportamiento lo debemos adoptar y llevar de un plano consciente a uno subconsciente. Empecemos teniendo presente en nuestra conciencia que de nosotros depende el valer mucho. Si ya lo demostramos, ahora hay que mantenerlo y defender nuestro futuro con la espada que representa a nuestra mejor arma: ¡Nuestros valores y principios! Y vivir cada día con una actitud positiva y una elevada ética, ésta que nos diferencia de la inteligencia artificial y de los robots humanoides como la “simpática Sophia”, que nos visitó en días pasados en el evento “Talend Land 2018” celebrado en Guadalajara.
Nosotros somos quienes determinamos el curso que ha de tomar nuestra existencia. Si quieres alcanzar las estrellas, seguro lo lograrás; parece una metáfora pero no lo es. Si no aspiras a nada, nada obtendrás. Si dejamos de soñar dejaremos de vivir. Si no tenemos un sueño estaremos perdidos en medio de la nada, como lo dice la elocuente frase de Séneca: “Cuando no sabemos a dónde nos dirigimos todos los vientos son desfavorables” o la frase de Alicia cuando le contestó al gatito de Cheshire que lucía su enigmática sonrisa: “Si no te importa mucho a dónde ir, cualquier camino te llevará”.
Si deseas un futuro difícil o un futuro maravilloso, eso, inexorablemente sucederá. Soy el primer convencido que somos los humanos los que nos complicamos la vida; la vida en sí debería ser simple, a pesar del entorno actual que vivimos en cuestiones políticas, sociales, económicas y demás. Toda persona con talento descubre que entre sus cualidades se encuentra la de dominar “el difícil arte de hacer fácil lo difícil o simple lo complicado”. Queda claro pues, que tu vida no es una casualidad sino un reflejo de ti.
La vida es como un eco pues nos devuelve como fruto lo que sembramos: Si deseas más amor, difunde más amor a tu alrededor, si deseas felicidad, da felicidad a quienes te rodean, si quieres sonrisas, sonríe a todos sin distinción. Así, la vida te dará de regreso lo que tú le has dado y todo aquello que haces para bien te será pagado, pero aquello que haces para mal te será cobrado.
Por eso debemos tomar las cosas con ecuanimidad y positivismo pues muchas veces lo que a primera vista parece un contratiempo resulta ser un disfraz del bien y a la inversa. Una postura inteligente y hasta sabia sería el tener fe y no adelantarnos a creer que las cosas son de un modo u otro, sino pedir a Dios que las cosas que sucedan sean para nuestro bien.
También, como ya antes lo he escrito, somos el vivo reflejo de nuestros propios pensamientos. Este principio también se aplica a las empresas, las organizaciones, cualquier grupo de trabajo o a toda una comunidad.
Y no te quejes de tener demasiado problemas, pues esto aunque no nos guste o nos tome por sorpresa es parte natural de nuestra evolución y crecimiento. Si ponemos en perspectiva nuestra vida podríamos afirmar que aquel que no tiene problemas está fuera del juego.
Aprendamos, pues, a enfrentarnos a la adversidad, sea cual sea, y actuar como si fuéramos un águila que despliega sus alas y, sin rendirnos, proyectar nuestra propia sombra y enfrentar la situación cualesquiera que ésta sea aunque nuestra vida misma se encuentre en juego. En consecuencia, adoptemos esta actitud en nuestra vida diaria.
Por cierto la conocida frase: “La actitud lo es todo en la vida” está incompleta; lo correcto es: “La actitud y la conciencia lo son todo en la vida”. Por eso acuñé en 2010 el concepto “APC” actitud positiva consciente”, diferente y nada que ver con el concepto de Napoleón Hill: “AMP” actitud mental positiva.
Una óptima conciencia nos hace mucho menos sensibles a la crítica y la aceptamos específicamente cuando es constructiva. En el Internado del Pentathlon aprendí que la crítica y la autocrítica son necesarias y hasta indispensables.
Los países son lo que son sus habitantes. Por eso debemos de ser dignos ciudadanos a la altura de la patria que habitamos. La mayoría de las veces el problema no son los países en sí, sino sus habitantes y sus gobernantes. En nuestro país nos falta ese espíritu de unión, éste que acabamos de demostrar hace unos días al “cerrar filas” y como respuesta ante las amenazas del presidente del país vecino.
Por eso, para mantener nuestro estado de ánimo se requiere hacerlo (el estado de ánimo) consciente, en particular en esta época donde la publicidad tiende a ser engañosa y el mensaje político no tiene credibilidad.
Mejor imitemos a lo que había en el corazón del poeta Arthur Chapman cuando escribió refiriéndose a la región donde vivía: “Aquí donde la mano saluda con más fuerza, aquí donde fulgura más tiempo la sonrisa, aquí donde la tierra grata del oeste comienza”.
Así que no lo olvides: “Tú eres más valioso y poderoso que un collar de diamantes y cien mil espadas”. Y recuerda también que: “Siempre es amanecer en alguna parte del mundo y en algún corazón”. © 23
Juan Antonio Razo
Escritor, consultor y conferencista
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