COMPETIR, POR QUÉ Y PARA QUÉ... la otra mirada
La vida es una competencia continua. Queramos o no, estemos conscientes o no, tenemos que competir si queremos no sólo sobresalir sino mantenernos e incluso sobrevivir. Recordemos que desde que un ser humano es concebido en el vientre de su madre un espermatozoide fecunda el óvulo ganando una competencia a otros millones que querían llegar antes que el ganador. Hoy en día, nuestra vida es un reflejo de la evolución pues desde comienzos de la humanidad la supervivencia era el premio para el más competitivo. En la naturaleza ya sea en tierra, mar o aire la competencia es feroz y con mayor crudeza: ¡se compite y se gana o se muere!
Mi vida ha sido, en el buen sentido, una competencia continua. Un pasaje importante de mi vida fue mi juventud cuando viví cinco años en el Internado Militar del Pentathlon, mientras estudiaba a la par en la UNAM. Disciplina y competencia era lo cotidiano. También el estudio, el deporte y la milicia. Torneos intramuros de box, de oratoria, de ajedrez, de basquetbol, etcétera. Esa formación me impregnó un espíritu competitivo.
Pero mientras yo pienso en competir, en contraposición hay todo un movimiento apoyado por pedagogos, psicólogos, sociólogos y hasta filósofos, entre otros, que simpatizan con la idea de no complicarse la vida, de no estresarse, de llevársela tranquilo, quedarse en la zona de comodidad y nadar de “muertito”. Tal vez muchos quieran patinar o andar en bicicleta sólo por diversión, lo cual es respetable, pero así es poco probable que mejore su desempeño. Por fortuna el discurso opuesto es el que predomina, pues en general el mensaje es en el sentido de mejorar, para lo cual hay que competir.
No me imagino un mundo sin competencia. Tal vez el ajedrez sea la mejor forma de demostrar que la vida es una competencia pues el llamado juego ciencia, tiene poco de juego y más, mucho más, de lucha. Aquí el ganar es el propósito. Pero aún en el mundo de la diversión, como el jugar damas chinas, dominó o armar el cubo Rubick, el propósito es superar al rival.
Quien no compite está fuera del escenario. Competir nos estresa pero a la vez nos vuelve mejores y optimiza nuestras habilidades, es decir, competir nos vuelve más aptos. Hay que prepararse para llegar a ser mejor en lo que uno decida. No me imagino un mundo sin competencia. Además si no medimos nuestro rendimiento, cómo podremos mejorarlo. Hay que superar nuestras propias marcas y luego imponer los récords, no sólo en el deporte sino en las ventas, en los negocios y en todos los ámbitos posibles.
DEPORTE. COMPETENCIA DEPORTIVA
El deporte es el ámbito más evidente para demostrar que uno tiene que competir. En el alpinismo la montaña es en este caso el rival a vencer.
El pasado 14 de mayo, hace ocho días, el escalador chino Xia Boyu, de 69 años, ascendió al Everest después de cuatro intentos fallidos (ver imagen). Si conquistar la cima del Everest es ya una proeza, saber la edad de este alpinista impresiona más, pero cuando sabemos que está amputado de ambas piernas nos quedamos sin habla. La historia comienza en 1975 cuando tenía 27 años y realizó su primera expedición fallida pues estando ya por encima de los 8,000 metros y ya cerca de llegar a la cima no pudo hacerlo debido al mal tiempo. Aquí empieza lo impresionante pues en esta primera expedición perdió ambos pies debido a una congelación ocasionada por ¡prestarle su saco de dormir a su compañero que había enfermado! Años más tarde, en 1996, perdió ambas extremidades por debajo de sus rodillas debido a un linfoma. Pero Xia Bolu en vez de sentirse devastado lo tomó como un reto y ya no pudo sacar de su cabeza la idea de que tenía que llegar a la cima. Se le había convertido en una obsesión. Con ayuda de sendas prótesis lo intentó de nuevo en 2014, 2015 y 2016. En éste último también estuvo cerca pero debido a una tormenta de nieve no llegó. «Tengo que cumplirlo, le dijo a la Agencia AFP el pasado abril. Es un reto a mi propio destino».
Finalmente ahora lo hizo y se convirtió en el primer doble amputado en llegar por el lado sur de Nepal. Días antes, su primer intento se había visto frustrado a causa de una avalancha, luego un terremoto y malas condiciones climáticas. Pero no se dio por vencido y se salió con la suya.
Hay que considerar que surgió un obstáculo de última hora luego de que el pasado 28 de diciembre el gobierno de Katmandú decidió prohibir a personas con discapacidad el ascenso al Everest a fin de reducir los accidentes. Pero Xia Bolu logró conseguir el permiso argumentando que era una medida discriminatoria. Ahora a su proeza se le ha llamado “Reto al destino” y pienso que se terminará haciendo un filme comercial que esperemos sea tan excepcional como aquél del mismo nombre protagonizado por Louis Gousset Jr. y Debra Winger. Ver enlace en Youtube: https://youtu.be/Aez80JmD9Ro
Una vez más se comprueba que la edad es una excusa para no hacer las cosas y para no competir. De hecho las excusas se usan a cualquier edad. Los juegos paralímpicos son también una prueba de que uno es el que se pone sus límites.
POLÍTICA. ¿COMPETENCIA POLÍTICA?
En política también hay que competir. Sin embargo en este terreno las reglas están tan viciadas que resulta imposible ganar en forma limpia. El ejemplo más evidente de lo anterior son las próximas elecciones presidenciales y más específicamente el segundo debate del pasado domingo. El juego sucio se hizo presente y los tres candidatos principales se dedicaron a insultarse en un acto bochornoso. El cuarto candidato ha sido subestimado por los otros tres, mi punto es que llegó tarde a la contienda y tendrá que esperar seis años. Un extranjero nos cuestionaría con razón: ¿Uno de esos tres va a ser su presidente? A mí, como ciudadano me avergüenza, me enfada y hasta me indigna que uno de ellos vaya a ser el presidente de los mexicanos.
La gente del pueblo está cansada y quiere un cambio sin tomar en cuenta que ese cambio pueda ser un retroceso. Aunque cabe la pregunta: ¿Un retroceso para quién? Por otra parte los que no quieren un cambio es porque no quieren perder sus pocos o muchos privilegios. No toman en cuenta que cuando pudieron hacer algo para ayudar a los de abajo no quisieron. Ahora ya es tarde. Me apresuro a dejar en claro que lo anterior no se le puede llamar “competencia” política sino una lucha sucia e indignante por el poder político y económico.
Por cierto, el gazapo del presidente Peña del pasado lunes en la ceremonia del día del IPN, y que se volvió viral, no tendría importancia si el contenido de su discurso fuera cierto y si también dijera todos los errores graves que ha cometido durante su administración.
Y no olvido el episodio vergonzoso del político Roberto Madrazo cuando hace algunos años al correr un maratón en una ciudad europea quiso trampear en la ruta tomando un atajo pero el video lo puso en evidencia. A esto tampoco se le puede llamar "competir".
EDUCACIÓN. EXAMEN POR COMPETENCIAS.
En el ámbito educativo ya sea en las llamadas pruebas por competencias o en las pruebas tradicionales el competir y ser competente es el propósito. La educación en países como Finlandia en donde se ha cambiado radicalmente la forma de la enseñanza escolar con buenos resultados habrá que tomarlo con mucho cuidado pues el entorno es diferente. Son países con alto nivel de desarrollo y punteros en múltiples campos.
Yo me inclino a creer en la vocación y capacidad de los maestros a fin de que sin eliminar la sana competencia el aprovechamiento general del grupo sea sobresaliente. Enseñar con amor eleva la conciencia del alumnado y lo hace aprender mejor.
Invito al amable lector lea “Una generación sobresaliente”, en la página 128 de mi libro “Déjame contarte una historia”. Una historia real.
Juan Antonio Razo
Escritor, consultor y conferencista
Correo: razo@desarrollointegraluno.com
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