El Mundial de Futbol y la productividad laboral... la otra mirada.
Este artículo podrá ser leído con diferente ánimo según haya sido el resultado del partido de México contra Alemania, salvo que sea leído temprano antes del encuentro. Tomaré el riesgo y apelaré al buen juicio del lector.
Pues sí, comenzó el Mundial de Futbol… y comenzaron 30 días de diversión y de desorden, y de cierto grado de frenesí y hasta de locura. Y es que casi es imposible sustraerse a un Mundial de Futbol, evento que está considerado como el más grande movimiento pacífico de masas.
Es un evento global especialísimo, que para el buen observador tiene varios aspectos ambivalentes: Es un acontecimiento que une pero también divide, un fenómeno que nos divierte pero también nos enajena, un espectáculo que nos ocupa pero que a la vez nos distrae y disminuye nuestro rendimiento, una manifestación social pero también un distractor y apaciguador de masas, entre otros. Sin embargo, el futbol, el deporte más popular del mundo tiene, desde hace ya un buen rato, como objetivo principal ─subrepticia o abiertamente─, la obtención de ganancias multimillonarias a través de su organización politizada llamada FIFA que lleva a cuestas, tristemente, un gran desprestigio, para decirlo con suavidad, pero que a la inmensa mayoría de aficionados parece no importarle. Precisamente esa visión de enormes ganancias fue la principal razón por la que se seleccionó a Estados Unidos, junto con Canadá y México para organizar la Copa en 2026.
El enfoque de hoy es ver como esa fiebre, llamada Mundial de Futbol, afecta el rendimiento laboral y en consecuencia las utilidades de las empresas. También afecta, dicho sea de paso, a nuestras actividades personales. Esta afectación normalmente es negativa pero a veces, casi como excepción puede resultar benéfica.
Pero antes no quiero dejar de mencionar que como si no fuera suficiente el revuelo electoral de estos meses recientes que causa un efecto distractor en el ciudadano y en particular en el ambiente laboral ahora se suma como una “sui generis” coincidencia este evento mundial y en especial los juegos de México que sabemos paralizan al país entero. Un atenuante es el horario temprano de los partidos y el hecho de los dos primeros juegos de México de esta fase eliminatoria son en fin de semana. La pregunta es cómo se verán afectadas las elecciones si México es eliminado. ¿Habrá mayor abstencionismo? ¿O a la inversa, que sucederá si clasifica? En este caso, lo probable es que México juegue un día después, es decir el lunes 2 de julio.
No es discutible afirmar que ambos eventos, el Mundial y las Elecciones, afectan la productividad laboral, lo que se refleja en una probable pérdida económica en las empresas y en los negocios. Hay excepciones como sería el caso de los restaurantes o negocios de comida.
¿Qué debe hacer el trabajador, el empleado, el ejecutivo o el director? Una buena decisión de la dirección sería publicar un comunicado estableciendo la política a seguir, a fin de controlar la situación y no dejarlo de manera ambigua al criterio individual.
Los que entendemos de costos sabemos el costo del personal en general y en particular la mano de obra directa se mide en costo-hora-hombre y que este costo teórico se ve incrementado en un 30% a 40% o más por los tiempos muertos y las prestaciones. En este caso hay que incrementar el factor por las ya mencionadas afectaciones.
La mejor política empresarial es aceptar y tolerar lo inevitable, en vez de querer impedirlo, pues lo probable es que resulte contraproducente. Otra acertada decisión es hacer una reunión para concientizar a todos los colaboradores y pedirles su apoyo. El empleado responsable tratará de compensar las horas y el tiempo. Elaborar un rol de turnos de emergencia es una opción, siempre tomando en cuenta que en el personal de oficina hay más flexibilidad que en el personal de la planta pues es más difícil parar la producción. En muchos casos habrá que considerar lo establecido en los “acuerdos” sindicales. En otros mundiales y de acuerdo a los horarios, ha habido empresas que han modificado sus horarios o los tiempos de comida, estableciendo horarios corridos y encontrando, para sorpresa de muchos, un buen resultado.
Ver o no ver los juegos, esa es la cuestión. O ver sólo los juegos de México, o ver sólo los partidos importantes, o ver la repetición en la noche. Una opción es ver los partidos de México con el desayuno en su cama, lo cual es respetable aunque cuestionable.
A fin de cuentas la decisión es sólo suya… ¡Un radiante y alegre día del Padre!
JUAN ANTONIO RAZO
Más en diversos Soles de la cadena OEM. Sección Análisis.